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Meditación corporal guiada 🧘🏼‍♂️

En entradas anteriores hemos hablado de los beneficios del mindfulness en nuestra vida diaria y en el bienestar que nos produce practicarlo cada día (para saber más haz click aquí). En el post de hoy hablamos de qué es la conciencia corporal y os mostramos algunas actividades para potenciarla.


Podemos entender como conciencia corporal a la capacidad que tenemos para localizar nuestro cuerpo en el espacio y movernos a través de él, relacionándonos con otros elementos, coordinándonos con ellos y dándonos cuenta de las sensaciones y los límites físicos del entorno. Este conocimiento es muy importante ya que impide que nos choquemos y nos hagamos daño, pero también nos permite interactuar mejor con el entorno y atender a la información que demanda el ambiente.

Para poder desarrollar esta habilidad, primero es necesario establecer un esquema corporal, es decir, observar y reconocer las partes de nuestro cuerpo (esto ocurre durante los primeros años de vida). Después, se adquiere la imagen corporal, la interiorización mental de nuestro cuerpo sin necesidad de estar observándose a la vez. Junto a la experiencia y la asimilación de estos dos conceptos, el niño comenzará a aprender los efectos que tiene el entorno sobre su cuerpo y hasta dónde es capaz de llegar con él: qué pasa si corremos más, si paramos brusco, si nos caemos de lado, de espaldas, si golpeo algo con fuerza, las texturas, dónde se siente mayor dolor y en función de qué, la temperatura...


Este desarrollo es esencial para ir estableciendo primeras hipótesis sobre las que aprender y seguir avanzando a nivel cognitivo, motor y emocional; y una forma de desarrollar este aspecto tan importante es la auto-observación mediante la atención, como por ejemplo, en el vídeo que os mostramos a continuación.


Pero antes de empezar… ¿Cómo debemos colocarnos?

Podemos estar sentados o tumbados, en una postura cómoda y relajada, si elegimos estar sentados tiene que ser en una silla sin ruedas con la que puedas apoyar la espalda recta, pegando al respaldo, los hombros relajados y las manos apoyadas en nuestro vientre o boca arriba encima de nuestras piernas que tienen que estar rectas y apoyadas en el suelo. Si por el contrario, preferimos estar tumbados, igualmente nos pondremos en una posición recta que sea a la vez cómoda, las palmas boca arriba a los lados del tronco o en el vientre y las piernas ligeramente abiertas, sin estar muy pegadas la una con la otra.


En ambos casos los ojos pueden estar cerrados o entrecerrados, también pueden estar abiertos del todo pero es más fácil que nuestra atención se desvíe, pero para evitar esto podemos fijarnos en un punto fijo todo este tiempo. Cuando ya estés list@, dale al play y disfruta del momento, no te preocupes si no te sale todo lo bien que te gustaría, lo importante es darte cuenta de las sensaciones que ocurren en tu cuerpo.

Otras formas de trabajar la conciencia corporal

Hay muchas formas de estimular la atención hacia nuestro cuerpo y la que hemos mostrado antes solo era una de ellas, a continuación os mostramos una lista con otras actividades:

  • Bailar y cantar con “canciones motrices” (que hablen del cuerpo o que guíen el movimiento)

  • Juegos delante del espejo

  • Juegos de imitar lo que hace el otro

  • Andar haciendo equilibrio con un objeto en la cabeza

  • Dibujar el cuerpo a tamaño real y señalar cada parte

Si sabes alguna forma más de trabajar la conciencia corporal, déjala en los comentarios, porque como nos gusta decir.. ¡juntos aprendemos más y mejor!.

 

Referencias:

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