¡Estamos de celebración! Hoy se cumplen 20 años de la presentación del "Libro Blanco de la Atención Temprana" (16 de junio del año 2000), un documento elaborado por un gran grupo de profesionales de la atención temprana procedentes de todo el territorio español. Durante los últimos 20 años este libro ha sido un referente para las administraciones públicas, los profesionales, las asociaciones y las familias en lo que se refiere a la intervención de niñas y niños con necesidades especiales. Es por ello que hoy se celebra en España el Día de la Atención Temprana y nosotras hemos querido aportar nuestro granito de arena a la causa hablando de la importancia de esta indispensable prestación.
Es bien conocido que las primeras etapas del desarrollo infantil tienen especial relevancia. Son las que van a consolidar los prerrequisitos necesarios para el establecimiento de multitud de procesos como: el control postural, la comunicación, el lenguaje verbal o las interacciones sociales, entre otros. No se tratan de procesos de fácil adquisición, necesitan que una gran cantidad de factores converjan al mismo tiempo para poder desencadenarse (una determinada estimulación cognitiva, la correcta maduración del sistema nervioso, unos buenos cuidados, etc.). Se trata de una espiral que va a determinar en definitiva el desarrollo del niño. Entre estos factores podemos diferenciar:
Factores genéticos: características innatas específicas de cada persona (mutaciones genéticas, heredabilidad) .
Factores ambientales: biológicos (estado de salud, mantenimiento de la homeostasis…), psicológicos y sociales (interacción del niño con su entorno, vínculos afectivos, percepción de su entorno…).
Todos estos factores se relacionan entre sí, lo ambiental es capaz de modificar la expresión de nuestros genes, al igual que la genética puede determinar nuestro desarrollo o el estatus socioeconómico influir sobre el estilo de crianza. El desarrollo es un proceso dinámico, entre el organismo y el medio en el que nos encontramos, que tendrá como resultado la maduración y funcionalidad del sistema nervioso. Sistema que durante esta etapa será más vulnerable pero también presentará una gran plasticidad. Así, ante una desviación en el curso del desarrollo de un niño, las posibilidades de cambio son enormes. Es por esto, que la intervención temprana se convierte en algo tan necesario.
Cuando hablamos de atención temprana nos referimos al conjunto de intervenciones que tienen por objetivo dar respuesta lo más pronto posible a las necesidades transitorias o permanentes que presentan los niños de entre 0 y 6 años con algún trastorno en su desarrollo o que tienen riesgo de padecerlo. Potenciando de esta forma su capacidad de desarrollo y de bienestar, y posibilitando su integración en el medio familiar, escolar y social, así como su autonomía personal.
Se trata de llevar a cabo intervenciones que engloban a las familias y el entorno del niño, ya que ambos se consideran indispensables para favorecer la interacción afectiva y emocional, así como la eficacia de los tratamientos. De esta forma, los Centros de Atención Infantil Temprana (CAIT), constituyen un eslabón muy importante en la prevención y asistencia de las necesidades de niños con problemas en su desarrollo, que permitirán, mediante intervenciones dirigidas y planificadas por un equipo interdisciplinar de profesionales, instaurar estrategias o cambios desde estas etapas iniciales pudiendo modificar así el pronóstico.
Nosotras lo tenemos claro, la atención temprana es una prestación y un derecho fundamental para favorecer el desarrollo de niños y niñas con necesidades especiales así como para apoyar y acompañar a sus familiares ¿y vosotros/as? ¿compartís nuestra visión sobre la importancia de la atención temprana?
Referencias:
Real Patronato sobre Discapacidad. (Ed.) (2005). Libro Blanco de la Atención Temprana. Madrid, España.